Es una nota extensa, no todos dispondrán del tiempo para leerla, pero los fanáticos del rally encontrarán aquí la historia de Walter Rohrl y sus palabras analizando el presente de la especialidad. También cuenta en primera persona, la hazaña de 1980 cuando en la niebla y sin visibilidad, en un tramo de 43 km; le ganó por más de 4 minutos a Markku Alen. Palabra autorizada.
Tan extensa como rica en contenidos, la nota fue publicada por el sitio Autosport en portugués. Está es la transcripción al español, sin cambiar ni un punto ni una coma, respetando en todo concepto la publicación original, para deleite de los fanáticos del rally que no leen el idioma portugués.
Al final encontrarán el link al sitio en portugués con la nota de origen.
Walter Rohrl vio las puertas del éxito en el Rally Mundial, relativamente tarde en comparación con lo que hoy sería normal.
Fue precursor de una generación de oro como la que componen Sébastien Loeb, Marcus Gronholm, Tommi Makinen, Juha Kankkunen, Carlos Sainz y Colin McRae.
Walter Rohrl siempre asoció el frío de sus palabras con su estilo de conducción, lo que le permitió obtener muy buenos resultados y ser visto como el mejor piloto alemán de rally. Fue dos veces campeón del mundo y ganador del legendario Rally de Montecarlo en cuatro ocasiones, siempre con coches diferentes.
Su primer contacto con el rally tuvo lugar en 1968, pero de incógnito, ya que tenía que ocultar su pasión por la velocidad ante sus padres, porque poco tiempo antes su hermano murió en un accidente de tránsito. Eso no impidió, sin embargo, que antes de convertirse en un piloto profesional, el alemán ayudara al cura párroco trabajando como chofer, para que este siempre llegara a tiempo y celebre la misa en la parroquia. También sus alumnos esquiadores (Walter era instructor) percibían de que podría ser más rápido en la nieve.
Felizmente para la historia del rally, el alemán tenía mucho más para dar. Bastaron solo 5 rallyes para que fuese contratado para defender los colores de Ford Alemania en el campeonato de su país, en 1971.
Dos victorias y tres podios con el Ford Capri de Grupo 1 y 2, lo proyectaron casi de inmediato a las ligas mayores y esto no pasó desapercibido para Opel. Es a ésta marca que Rohrl debe su primer título internacional, el Campeonato Europeo de 1974, un año antes de debutar en el Rally Mundial, en Acrópolis.
Con un programa limitado en Opel, logró luego una exitosa carrera en el equipo oficial Fiat, iniciado en 1977 al volante del Abarth 131. Solo tuvo que esperar tres años para ser Campeón del Mundo, antes de repetir el título en 1982, ya al volante de un Opel, en su regreso con el constructor alemán en un año particularmente difícil no solo por la fricción dentro del equipo, sino también porque su rival, Audi Quattro, ya se mostraba como uno de los autos mas competitivos del plantel, aumentando la rivalidad con Michelle Mouton.
En 1983 el piloto de Regensburg se mudó a Lancia y consiguió resultados fantásticos como el Lancia Rally 037, el cual contaba con tracción simple, frente a los poderosos Audi Quattro de tracción integral, que terminaron por derrotar al alemán y lo llevaron para defender sus colores al año siguiente.
A pesar de su increíble rapidez y sangre fría, Rhorl apenas consiguió dos triunfos: Monte Carlo 1984 y San Remo 1985, al volante del Sport Quattro S2.
Su carrera en los rallyes terminó dos años después con la entrada en escena de los Grupo A, donde condujo un Audi 200 Quattro sin grandes éxitos, antes de emigrar para los Estados Unidos a experimentar la velocidad y mas tarde, recaló en el DTM.
A pesar de todo, el bichito de la competición no calmó su espíritu por la conducción y se dedicó en cuerpo y alma al desarrollo de modelos de producción para Porsche, llegando a establecer algunos récords interesantes con estos autos en la mítica posta de Nürburgring. Si hay hombres que nacieron para correr, Walter Rhorl, el primer bi campeón mundial de rally, es uno de ellos.
“Con un WRC cualquier piloto puede ser rápido”
Desde la cima de sus más de 1,90 cm de altura, la mirada de Walter Rhorl aporta serenidad, la misma con la que aplacó la furia de Audi Sport Quattro en la década de los 80 y que condujo de forma eximia los autos más potentes de rally de todos los tiempos. Pasados casi 30 años, Rohrl sigue siendo el piloto de rally más reconocido de Alemania y los fanáticos de todo el mundo lo reconocen debido a sus méritos obtenidos, como si el tiempo no hubiese pasado para él.
En una conversación abierta, Rohrl comienza por comparar las realidades de su tiempo con las futuras generaciones de pilotos. En una óptica global, el ex piloto oficial de Lancia, Opel y Audi, remarca que “todo cambió”.
“Las características de los rallyes se alteraron y muchas de las cosas que antes podíamos hacer, ahora son imposibles. Las relaciones públicas son diferentes, tal como el propio espíritu de los rallyes. Cuando yo corría, los rallyes eran una prueba de fiabilidad y resistencia de autos y pilotos. Ahora los rallyes están mucho más cerca de una prueba de pista, donde todo se decide por milímetros. Lo más impresionante es que, por ejemplo, en las entrevistas que hicimos como jurado de la Pirelli Star Drivers con jóvenes pilotos, percibí claramente que cinco o seis de ellos tenían una mente muy bien trabajada de acuerdo a lo que hoy es necesario.”
“La lengua inglesa es fundamental en estos tiempos en el rally. Si yo hubiese entrado en un concurso como este para cazar talentos, con la edad de estos niños, sin dudas no estaría mínimamente preparado para triunfar y llegar donde llegué. Yo no hablaba inglés como ellos cuando comencé a correr en rally y desde mi punto de vista, yo estaría ansioso para saber cual de nosotros sería el mejor piloto y el más rápido y no quien habla mejor inglés o era el mejor en relaciones públicas. Mientras tanto, reconozco que hoy todo esto es parte del juego, porque todo se transformó y las necesidades de los rallyes son, efectivamente, diferentes de lo que eran hace dos décadas.”
“Le falta ruido a estos autos”
Pero si de hecho, los rallyes recibieron mutaciones genéticas en poco más de 20 años, capaces de avergonzar a un camaleón, los autos asumieron también una parte importante en el proceso de transformación en las pruebas en rutas. Para Rohrl, “los autos de hoy son realmente rápidos, pero pocos espectaculares para los pilotos y para los espectadores.
Cuando vemos a los espectadores a lo largo de una prueba especial se percibe que hablan de falta de ruido en los actuales WRC. El ruido hace falta. Además, los autos de hoy son altamente sofisticados y eso significa que tienen demasiada eficiencia en los caminos, poca espectacularidad y por consecuencia, fácilmente impiden la diversión de los espectadores. No tengo dudas de que con los actuales World Rally Car prácticamente cualquier piloto puede ser rápido.”
“No tengo problemas con Mouton”
Para muchos el nombre de Walter Rohrl significa también un vínculo con otro nombre inevitable del mundo de los rallyes, Michelle Mouton. La rivalidad entre el alemán y la única mujer que hasta hoy ganó en el Campeonato del Mundo fue siempre indescifrable, teniendo su punto más alto en 1982, año en el que Rohrl fue por segunda vez campeón, a costa del abandono de la piloto Audi en el Rally de Costa de Marfil. Por aquellos tiempos se recordaba que el alemán, decepcionado por el potencial del Ascona 400 comparado con el Audi Quattro guiado por Mouton, dejó escapar que hasta un chimpancé podía ser campeón con un auto de tracción integral. Evidentemente su comentario hizo las delicias de los periodistas que rápidamente trataron de sacar sus propias conclusiones, de acuerdo a sus intereses y simpatías. Pasados casi 30 años, el piloto, actualmente pretende desmitificar esa tempestuosa relación de rivalidad: “Me gustaba decir, de una vez por todas, no tengo problemas con Michelle Mouton. Siempre fuimos buenos amigos. Trabajé con ella en Fiat, ayudé a Michelle en Audi. Y hay una idea que la gente tiene de que no nos llevamos bien porque hubo una serie de malentendidos en el mundial de 1982”
“La promoción del rally es pobre”
Conciente de la evolución de los rallyes a lo largo de los años, Walter Rohrl evalúa todos los puntos de las competencias actuales. En ese sentido, el capítulo promocional también pasa por el espíritu de análisis del piloto, quien señala que los rallyes no están bien promocionados. “Hoy la promoción, en líneas generales, me parece bastante pobre. Ovbiamente que todo esto depende del país donde es la fecha y si ese país tiene o no un piloto local querido por el público. Por ejemplo, en Alemania siento que falta un piloto carismático al nivel del Rally Mundial, eso ayudaría a promoverlo.” Pero esa digna sucesión de un piloto de su estirpe no justifica todo. Para Rohrl, “el problema también es que si los jóvenes quisieran aprender cosas sobre los rallyes tendrían que pasar de pié todo la noche porque los programas de televisión sobre el rally parecen estar a horas impropias para el consumo. También es cada vez más difícil encontrar noticias de rally en los diarios.”
“El sexto sentido de Walter Rorl”
La primera pasada de Rohrl por los 43 km de Arganil, en 1980, constituye aún hoy uno de los momentos de antología. Horas antes, cuando descansaba, el alemán recorría mentalmente cada curva de aquel tramo. Cerca de las 11 de la noche, en la Sierra de Acor había mucha niebla y Rohrl estaba sin visibilidad, era imposible pasar.
Gracias a un entendimiento perfecto con Geistdofer, su navegante y tal vez enojado por que en Fiat no dieron órdenes de no atacarse, Rohrl arriesgó ganando con 4.m40s sobre Markku Alen. Concluyó la clasificación completamente extenuado pero feliz por la humillación impuesta a Alen.
Walter Rohrl recuerdo: “Aquello que sucedió fue algo único e irrepetible. Tenía ensayado ese tramo más veces que lo habitual y en cada momento tenía la certeza del sitio exacto donde estaba, incluso sin ver absolutamente nada. Si las notas referían 150 metros yo podía cerrar los ojos y sabía lo que iba a encontrar y el secreto fue haber recorrido mentalmente el tramo acostado en la cama de mi hotel. Fue perfecto y no falle una sola curva, ahora, si aquello sería posible de repetir?, no lo imagino.” En aquel momento se habló mucho, de gafas especiales para la niebla, de accesos directos y demás. Tal vez este fue el punto más alto de un piloto en la historia del Campeonato del Mundo de Rally.
Hermosa nota; ¡muchas gracias por traducirla y compartirla Damon!
ResponderEliminarQuizá 20 años no sean tantos para mitigar el espíritu de un campeón, pero sí para alterar la realidad en la que comenzó su derrotero. Francamente coincido en todo lo que marca Röhrl, el ruido, la promoción (algo que me parece que pasa con todo lo que sea "deporte motor" en Argentina), los vehículos, los aficionados, la preparación de los pilotos y tal.
Pero aún con todo lo que Röhrl marca como "negativo", yo le encuentro cuestiones positivas a la evolución que ha tenido el deporte en general en estos años, aunque sería un sueño poder recrear algo semejante a lo que fue aquella "decada de oro".
Recomiendo a quienes tengan tiempo ver la galería de imágenes de la nota original.
Saludos y gracias por todo lo que escribís, una pena no disponer siempre del tiempo para retribuirtelo :/.